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ARTE -El arte romano
PINTURA ROMANA
La pintura romana fue de gran importancia, dados los restos que se han descubierto en
Pompeya, la ciudad que fue sepultada por el Vesubio. Los frescos pompeyanos tienen la
particularidad de registrar no solamente la pintura romana & la época, sino a través de ella, de
toda la pintura helenística y, más aun, de toda la pintura griega. Esto ocurre por dos motivos:
primero, porque en los cuatro períodos de su evolución, desde los últimos tiempos de la
República hasta la destrucción de la ciudad en el año 79 de la Era Cristiana, va registrando
sucesivamente todas las modalidades del arte griego, entonces conservado en los muros y las
pinacotecas desde antes de Polignoto hasta la fecha más reciente, y cuya influencia recibe;
segundo, porque esta influencia llega en muchos casos a la imitación más literal, de suerte que
los frescos pintados en las paredes de las casas pompeyanas, muchas veces por pintores
griegos, son con frecuencia réplicas fieles de cuadros o murales pertenecientes a Parrasios,
Zeuxis, Apeles, o cualquier otro famoso pintor de la historia artística griega. En cuanto a la
decoración, que sirve de marco y de adorno a estos cuadros murales, también la influencia
oriental, y a veces egipcia, les lleva a un tipo de pintura determinado, especialmente en el
segundo y cuarto período (son cuatro en total) llamados también segundo y cuarto estilos.
Aquí, los frescos pompeyanos imitan la arquitectura con una perfección tal, con una
perspectiva tan exacta, que a veces parece que continúan los edificios en que se encuentran.
Más tarde se van tornando en fantasía, se pierden estas cualidades y se crea una arquitectura
extraña y exótica, pero llena de personalidad, al grado de que se forma un verdadero sistema
que se ha de imitar a través de los siglos en el nombre genérico, aunque impreciso e inexacto,
de "estilo pompeyano".
PINTURA POMPEYANA. Detalle de una pintura mural de la Casa de los Vetios, Pompeya,
que muestra a Hércules niño. Probablemente, reproduce un cuadro helenístico.
Cultivaron los romanos el retrato en
la pintura tan intensamente como en la escultura; su
realismo llegó a veces a tal grado que exageró los rasgos característicos del modelo, casi hasta
caer en la caricatura. Algunos frescos que han llegado a nosotros, revelan un estudio profundo
del arte pictórico, así en el fondo sugestivo del tema como en la composición y en la obra
llevada a cabo; esto no es extraño, pues con Apeles, que fue el único pintor áulico en su época
autorizado para reproducir los rasgos de Alejandro, y por lo tanto favorito del emperador, el
retrato naturalmente había llegado a la cumbre de su perfección técnica. Tal es, por ejemplo, el
famoso cuadro llamado Las Bodas Aldobrandinas, que se conserva en el Museo del Vaticano, y
el cual, probablemente, es una réplica de uno de los numerosos cuadros pintados por Apeles o
su escuela con el asunto de las bodas de Alejandro con Roxana.
Roma nos dejó una herencia de arte que se cubrió con un velo tupido durante la Edad Media; y
cuando ésta termina, los hombres recuerdan nuevamente que había existido un pueblo creador
de un arte suntuoso, que admiraba, antes que nada, la belleza del cuerpo humano. Entonces,
desenterrando mármoles, descubriendo mosaicos, encontrando pinturas, caerán llenos de
asombro ante aquella manifestación tan suntuosa y, adaptándola a los tiempos nuevos, con
ayuda de otros factores, formarán el arte glorioso que conocemos con el nombre de
Renacimiento.