ARTE - La escultura griega
EL SIGLO DE ORO
Entre los precursores de Fidias pueden considerarse varios grupos: por un lado CALAMIO y
PITAGORAS, además MIRON, que en su famoso Discóbolo logró reunir la belleza de las
formas y la actitud del movimiento y de la fuerza en potencia. Por otra parte en la Escuela de
Argos aparece POLICLETO, dotado de grandes conocimientos anatómicos y entre cuyas obras
el Doriforo ha de marcar el canon del joven dórico, en su más radiosa juventud.
EL DISCOBOLO. Mirón, autor de esta famosa escultura, fue uno de los precursores del célebre
Fidias. Obsérvese la belleza de las formas y el ímpetu del gesto.
FIDIAS
Este escultor simboliza todo el arte griego. Ha alcanzado la perfecta técnica, pero conserva una
nobleza y serenidad que más tarde, en escultores subsiguientes, han de ser menoscabadas un
poco por el rebuscamiento. Escasos datos se conservan acerca de su vida: se sabe que trabajó de
450 a 438 a. de J. C. en la Acrópolis y más tarde hasta 432 en Olimpia. Cinco obras pueden
darse como seguras de Fidias: las esculturas decorativas del Partenón; tres estatuas de Atenea
(Lemnia, Promacos y Parthenos) y la de Zeus. De la Atenea Lemnia sólo se conserva la cabeza
en el museo de Bolonia, de la Atenea Promacos sólo existen restos, y de la Atenea Parthenos,
completamente destruida, únicamente conservamos noticias: era una estatua crisoelefantina, es
decir, de oro y marfil, de éste el rostro, las manos y los pies; de aquél las vestiduras. Medía diez
metros de alto y se encontraba en el Santuario del Partenón; vestía una larga túnica y sobre el
casco se erguía la esfinge entre dos grifos; un pectoral ornaba su pecho: representaba la cabeza
de la Medusa. La diosa sostenía con la mano derecha una lanza y con la izquierda una pequeña
estatua de la Victoria, y se consideraba como un homenaje del pueblo a la más noble de todas
las divinidades griegas. De la estatua colosal de Zeus, que tenía quince metros de altura, sólo
se conocen las descripciones que dejó el viajero Pausanias.
Fidias decoró el Partenón con grupos en sus dos frontones; uno, con el nacimiento de Atenea y
otro, con la riña de esta diosa con Poseidón, y las metopas, en que representa El Combate de
los Centauros y los Lapitas, al lado sur; El Combate de los Atenienses y las Amazonas, al lado
oeste; La Guerra de Troya, al lado norte, y La Lucha de los Dioses y los Gigantes, al lado este.
Bajo los pórticos esculpió un friso con La Procesión de las Panateneas.
Fidias supo encontrar la armonía perfecta entre la estructura y el movimiento; hay una íntima
unión entre las formas severas, pero elegantes, de la arquitectura, con este mundo de dioses y
seres mitológicos que no olvidan sus pasiones, pero que se someten a la implacable dictadura
de la armonía.