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ARTE – La escultura contemporánea en la América latina
La escultura no alcanza en México la importancia del arte pictórico. Este país es, en general,
poco afecto a los monumentos y estatuas y, por otra parte, no han surgido escultores ni en
número ni en calidad como ha acontecido con los pintores. En el siglo XIX florecen PATIÑO
IXTOLINQUE, NOREÑA y GABRIEL GUERRA; y, más tarde, JESUS CONTRERAS, todos
dentro de un ambiente académico que subsiste en los artífices de principios del siglo XX, en
ARNULFO
DOMINGUEZ BELLO, JOSE TOVAR, IGNACIO ASUNSOLO y FERNANDEZ
URBINA. En 1927 GUILLERMO RUIZ estableció la escuela de escultura de talla directa,
renovando así el criterio artístico. Destácanse en la actualidad, como artífices que sustentan un
criterio en absoluto moderno, LUIS ORTIZ MONASTERIO, OLIVERIO MARTINEZ, CARLOS
BRACHO, GUILLERMO TOUSSAINT, RENE VILLALOBOS y otros.
CARLOS BRACHO. "India", cabeza del artista mexicano Bracho, de orientación típicamente
moderna.
La República Argentina cuenta con una escultura más abundante y variada, a causa del gusto
que allí existe por la estatua y el monumento urbano. Muchos de los artífices son extranjeros;
sólo mencionaremos a los más destacados de nacionalidad argentina. Primero, los
tradicionalistas: ARTURO DRESCO, EMILIO ANDINA, ROGELIO IRURTIA, ALBERTO
LAGOS.
Con criterio más avanzado aparecen CESAR SFORZA, ERNESTO SOTO AVENDAÑO,
GONZALO LEGUIZAMON PONDAL, PABLO CURATELLA MANES, ANTONIO SIBELINO,
HORACIO JUAREZ y otros muchos. La figura central es la del artista AGUSTIN RIGANELLI,
dotado de grandes capacidades técnicas y de una imaginación fresca, despierta a todos los
rumbos.
RIGANELLI. La llamarada" de Agustín Riganelli, uno de los escultores más personales y
valiosos de Argentina. Murió en 1949.
Cuba nos entrega unos cuantos nombres, dotados de un sentido de modernidad admirable:
NAVARRO, RITA LONGA, RAMOS BLANCO, JUAN JOSE SICRE.
Chile posee excelentes escultores, como si la cercanía de los Andes, con su maravillosa
escultura diclópea, incitara a los hombres a esculpir en las rocas. También existen
tradicionalistas: NICANOR PLAZA es el impulsor; y sus discípulos le siguen brillantemente:
JOSE MIGUEL BLANCO (1839-1897), VIRGINIO ARIAS (1855-1941), SIMON GONZALEZ
(1917), y otros. Después vienen los contemporáneos con su arte multiforme, algunos tan
audaces como los que más, otros, modernos, otros, personales: TOTILA ALBERT (1892),
LORENZO DOMINGUEZ (1901), LILY GARAFULIC (1914), LAURA RODIG (1901), SAMUEL
ROMAN (1907), RAUL VARGAS (1908), JULIO ANTONIO VAZQUEZ (1897), etcétera.
En los demás países del continente existe, a no dudarlo, una escultura actual intensa y variada,
que no podemos reseñar por falta de espacio. América ha sido siempre un continente de arte,
antes y después del descubrimiento, la colonización y la independencia. Aparte de su
capacidad de asimilación, existe en el americano latino un sentimiento creador, tanto en la
música como en la literatura o en las artes plásticas, que lo llevará, lo ha llevado ya, a figurar
entre los grandes artífices del mundo.