ARQUITECTURA Y URBANISMO - Técnicas constructivas
SISTEMA CLASICO DE CONSTRUCCION
En la técnica clásica, siguiendo la prehistórica solución de los dólmenes, Egipto y Grecia brindan el
fácil equilibrio de la solución en platabanda; Mesopotamia, Persia y Roma, el equilibrio de los
gruesos muros absorbiendo los efectos de arcos, bóvedas y cúpulas, que, con permanentes empujes
hacia los costados de la fábrica, tienden a desplomarla.
SISTEMA GOTICO
En la técnica gótica, genial solución de la arquitectura francesa medieval, el peso de las bóvedas
descarga sobre varillas de piedra que siguen las aristas (aristones) transmitiendo y concentrando su
propio peso, sus efectos de rotura y el peso de parte de las bóvedas (plementos) sobre columnas y
pilares. Estos son auxiliados por excrecencias macizas de los muros (contrafuertes); y por unas
como muletas de piedra (arbotantes) voladas sobre el vacío entre la zona que reclama ayuda y los
órganos destinados a transmitir las cargas al suelo: y finalmente, por unos prismas de apariencia
decorativa y razón de ser técnica (pináculos), que con su peso muerto ayudan por gravitación al
equilibrio del conjunto, como una carga de arena en el fondo de un florero favorece su estabilidad.
Esta técnica, que asocia a su sistema los
arcos ojivales, permite calar los muros con ventanales y
rosetones y realizar, como se ha afirmado, una arquitectura de piedra a pesar de la piedra misma.
SISTEMA MODERNO
En la técnica moderna, las virtudes del hierro laminado en los más diversos perfiles, permiten
emplearlo con ventaja en vigas y columnas, para ahorrar a las paredes el esfuerzo de transmitir al
suelo las cargas. Esqueletos de hierro embebidos en los muros facilitan en las construcciones
comunes el menor espesor de éstos, con mayor aprovechamiento del terreno; y grandes arquerías
articuladas como charnelas para responder a los efectos de la dilatación y soportando cubiertas
vidriadas han resultado inapreciables para cubrir los andenes de las estaciones ferroviarias.
Pero últimamente la técnica constructiva fundada en el uso del hierro, ha sido superada con el
hormigón armado. Dilatando o contrayendo en la misma longitud el cemento y el hierro bajo las
alternativas de la temperatura, este procedimiento ha sacado singular partido de tal circunstancia.
Asociados ambos materiales con innegables ventajas constructivas, el cemento soporta los efectos
de la compresión y el hierro los de la tracción, a la vez que ayuda al primero a resistir los esfuerzos
cortantes. Y aunque, además, ofrece la ventaja de no oxidarse el hierro cubierto por el hormigón,
tiene esta técnica una contraparte que radica en la necesidad de moldes de madera (encofrados),
para incorporar dicho hormigón hasta el momento de su endurecimiento.
Considerables han resultado las ventajas en esta invención. Es útil en las construcciones
antisísmicas, destinadas a prevenir los efectos de los terremotos; permite cubrir grandes superficies
prescindiendo de columnas; y su último progreso estriba en la posibilidad de ejecutar bóvedas y
cúpulas livianas denominadas a cascarón.