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ARQUEOLOGIA - Trabajos fuera de Europa
HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS EN ASIA
Aunque Europa y América sean los continentes mejor estudiados desde el punto de vista de
las "ciencias del hombre", Asia ha procurado a los investigadores algunos testimonios
interesantes de la existencia del hombre fósil.
Conviene señalar, en primer término, que desde el punto de vista cronológico estos
testimonios se refirieron, ante todo, a vestigios de industrias y que sólo en años muy cercanos a
nosotros encontraron su ratificación antropológica. En efecto, los primeros hallazgos fueron los
que Luis Lartet verificó en 1864, en el Líbano. El hallazgo de sílex tallados (hachas de mano en
la forma amigdaloide típica de los coup de poing del Paleolítico europeo), acompañados de
huesos de animales, determinó una corriente de investigaciones que dura hasta nuestros días.
Gracias a ella hoy conocemos vastas colecciones de instrumentos de la Edad de la Piedra de
Siria y de regiones vecinas del Asia Menor. Todas las fases de los distintos períodos de la
industria europea —desde el tosco chelense hasta el Epipaleolítico aziliense— están allí
representados. Estos diversos tipos de instrumental aparecen acompañados por restos óseos
pertenecientes a una fauna fósil que comprende tanto especies extinguidas como emigradas.
Los terrenos no removidos, de Siria y Palestina, permiten recoger materiales que, sin disputa,
pertenecen a los tiempos pleistocenos. Ello nos deja advertir hasta qué punto estos hallazgos
son mucho más viejos que las civilizaciones clásicas de Asiria, Caldea y Egipto.
En 1878 Cartailhac inventarió las manifestaciones de la Edad de Piedra en el Asia. Los
hallazgos posteriores han permitido engrosar y renovar sus conclusiones. Sin embargo, no
todos los territorios asiáticos, más o menos vecinos, se han mostrado tan ricos como los ya
nombrados. Persia, por ejemplo, es muy pobre en elementos del Paleolítico, como lo
demuestran las infructuosas búsquedas de Jacques de Morgan, especialmente en
contraposición con sus éxitos en Arabia y Mesopotamia.
Savenkov ha hallado pictografías y petroglifos muy semejantes al arte paleolítico europeo en
algunas localidades de la Siberia oriental. En esa misma región, al borde del río Lena, otros
hallazgos han permitido determinar la asociación de puntas de flechas talladas en sílex y otros
instrumentos en marfil tomado de los enormes colmillos del mamut. En cambio, la Mogolia
oriental, Manchuria, Corea, Japón y China no presentarían, en toda su enorme extensión,
testimonios convincentes de la existencia del período Paleolítico. Sin embargo, esta conclusión
negativa no debe preocuparnos demasiado. Corresponde a un período apenas iniciado de estos
estudios, que puede cambiar totalmente apenas ellos se realicen de una manera más intensa y
sistemática.
En el Asia meridional, en cambio, Noetling ha encontrado sílex tallados en terrenos pliocenos
de Birmania central. Estos especímenes han sido discutidos. Algunos autores han entendido
que se trataba de "eolitos" producidos por la acción inconsciente de las fuerzas naturales. Sin
embargo, en la India otros hallazgos demuestran la existencia de un instrumental de piedra
paleolítico, de indiscutible procedencia humana. Cerca de Madrás, en 1866, Foote encontró
cuarcitas talladas, en forma de almendras, en terrenos netamente pleistocenos. La fauna
asociada a estos y otros hallazgos semejantes demuestra que la antigüedad de tales restos de
industrias es muy grande. Como en las otras regiones asiáticas que antes recordamos, diversos
períodos están allí representados: desde el chelense hasta el solutrense aparece toda la gama
habitual de formas.
Cuddapah, en las cercanías de Madrás, es un centro de difusión en el cual la técnica paleolítica
parece haberse perfeccionado grandemente, a estar a los estudios practicados por el
arqueólogo indio Mitra. Este mismo autor ha recogido también informaciones muy
interesantes acerca de pinturas rupestres, algunas de las cuales, como las del distrito de
Raigahr, son similares, por sus temas de caza y de bailes con personajes enmascarados, a las de
España. Otros elementos de dicho arte —especialmente algunas figuraciones de canguros—
han permitido a aquel estudioso hablar de la existencia de una antigua cultura indio-
australiana, que tendría su nacimiento en el Paleolítico superior.
La isla de Ceilán, que por su posición geográfica es el lugar histórico de refugio de las
poblaciones védicas más pobres y desamparadas de la India, ha dado, también, un conjunto de
utensilios de cuarzo que, según Sarasin, recuerda la industria paleolítica del período
magdalenense. Nuevos hallazgos han permitido a Wayland encontrar instrumentos que
corresponden, asimismo, a los períodos
chelense, musteriense y aurifiaciense y que,
cronológicamente, serían la obra de viejas poblaciones autóctonas anteriores a la llegada de los
vedas. Hallazgos análogos se han obtenido también en las islas Célebes y Sumatra.