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ARQUEOLOGIA - Las industrias del hombre primitivo
EL PERIODO MUSTERIENSE
El nombre de este período proviene de otra localidad francesa: Le Moustier, (en la Dordoña).
En los comienzos de este período abundan todavía las hachas de mano (del tipo llamado de la
Combe Chapelle, localidad de la Dordoña) Junto a ellas prosiguen encontrándose, también, las
hermosas hachas de mano que caracterizaron el final del período anterior y aparecen otros
tipos, subtriangulares y cordiformes, de factura inferior. Por lo general, muchas de estas
hachas acusan cierta degeneración, evidenciada por su técnica tosca y por su regresión a
formas chelenses ya desaparecidas. Los mismos objetos pequeños son bastante toscos y poco
retocados. Es posible que nuevas exigencias del medio ambiente y de las necesidades de la
vida hayan obligado a intensificar la construcción de ciertos tipos de instrumentos —como por
ejemplo los perforadores— en tanto que comienzan a escasear los raspadores. Nuevos restos,
acaso indicadores de la existencia de una industria de la madera, aparecen en algunos
yacimientos: se trata de fragmentos grandes de diáfisis, falanges o cabezas de húmeros de
bisontes y de caballos silvestres, que algunos autores creen hayan servido como yunques sobre
los cuales fueron trabajadas lanzas de madera u otros utensilios de este material. En cuanto a la
industria del hueso propiamente dicha, durante este período sólo la Cueva del Castillo, en el
norte de España, encierra verdaderos punzones de hueso.
Este período contempla, reagravados, los fenómenos de intensificación del frío,
que
caracterizan al anterior. Los representantes de la fauna cálida (el Rhtnoceros Merkii y el
Elephas antiquus) se han refugiado en el sur de Europa, pasando los Pirineos y penetrando en
el norte de España, o alejándose a lo largo de las todavía templadas playas de la Ribera. Entre
tanto, no quedan en el resto de Francia, Inglaterra y Europa central más que los animales de la
fauna fría, muchos de los cuales, como los osos, los felinos y las hienas, disputan al hombre la
posesión de las cavernas. La vida al aire libre se hace cada vez más inhóspita y difícil; bandas
errantes de cazadores buscan refugio en las regiones montañosas, donde las grutas brindan el
abrigo contra las inclemencias externas.
Con el final de este período se cierra la gran etapa que denominamos del paleolítico inferior.
En lo sucesivo penetramos en una etapa superior.
OBJETOS MUSTERIENSES. Arriba: punzones, de diferente forma. Abajo: pequeñas hachas
amigdaloides, cuidadosamente talladas en sus dos caras. Según Commont. Todas las piezas
provienen de yacimientos del norte de Francia.