ARQUEOLOGIA - Las industrias del hombre primitivo
EL PERIODO ACHELENSE
Del nombre de un barrio de la ciudad francesa de Amiens, llamado Saint
Acheul, deriva el
nombre de este período. En realidad tanto desde el punto de vista climatológico, como del
industrial toda su primera parte consiste en una especie de prolongación del período
anterior. El hacha de mano sigue siendo el instrumento predominante y va alcanzando
gradualmente su mayor perfección. La forma oval adquiere un equilibrio extraordinario; las
puntas se afinan y el filo, obtenido por medio de retoques muy finos y ligeros, se acentúa. Hay
un tipo de hachas de mano casi triangulares, que adquiere una perfección tan grande como la
de las formas lanceoladas. Junto a estas piezas cuya perfección en el retoque de los bordes
hace suponer que debieron servir para abrir y descuartizar a los animales cazados y para
desgrasar y limpiar la parte interna de sus pieles, están toda una vasta serie de instrumentos
pequeños (que adquieren su mayor diversificación de tipos y su más alta realización en la
Dordoña), tales como puntas de mano, perforadores, buriles, cuchillos y raederas.
Los instrumentos achelenses son, en general, mucho más livianos, variados y perfectos que los
del período anterior. Hay, pues, un sensible avance en la elaboración técnica. Los hombres que
los hicieron tuvieron que soportar los inconvenientes de un clima que se fue enfriando
gradualmente, lo que explicaría su utilización de las grutas como lugares de habitación y de las
pieles de los animales como vestido. La fauna permanece esencialmente la misma, con
acentuamiento de cérvidos. Especialmente ellos debieron constituir el manjar favorito de tales
cazadores, muchas veces disputado al temible tigre de las cavernas.
BELLA HACHA DE MANO ACHELENSE. Esta hacha ha sido hallada en San Isidro, en los
alrededores de Madrid, según Obermaier.