ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo
EN LA MESOPOTAMIA
Como en Egipto y en el sur de Europa, el Neolítico puro de la Mesopotamia es harto breve.
Casi en seguida sobreviene allí el Eneolítico o Edad del Cobre. Su mejor expresión la tenemos
en el "tell" de Susa, que fue estudiado por J. de Morgan. Se trata de una acumulación de
residuos que forma una colina artificial ("tell") de treinta y cuatro metros de altura. En ella el
arqueólogo citado realizó excavaciones intensivas, que permitieron establecer la presencia de
diversos estratos culturales. Las capas más profundas de 34 a 10 metros revelaron la
existencia de un estrato cultural netamente paleolítico, con grandes cantidades de objetos
tallados en sílex y en obsidiana. La parte superior de esta capa aparece ya con elementos del
Neolítico, en forma de objetos de piedra pulida y de cerámica grosera. De los diez a los cinco
metros de las capas corresponden a una Edad del Cobre (en lo más profundo) y del Bronce (en
lo más superficial). Por último, la capa formada por los cinco metros más cercanos a la
superficie actual del terreno mostraba la aparición de la Edad del Hierro. Montelius ha
intentado una cronología de esta sucesión de capas culturales. Para él, el comienzo de la
civilización elamita, allí revelada, comienza en el 20.000 a. de J.C. y los veinticuatro metros de
la capa más profunda corresponden a un desarrollo de catorce mil años. El bronce debió de ser
conocido allí alrededor del año 4000 a. de J.C., y el hierro en el 1000 a. de J. C. Esto daría, pues,
una duración de tres mil años al período de las Edades del Cobre y del Bronce.
VASO DE PLATA DE LOS SUMERIOS. Se entiende que fue hecho hacia el año 2550 a. de C. y
perteneció al rey Entemena de Lagash. En el friso superior hay cérvidos arrodillados (alusión
probable a ciudades vencidas). En el inferior el águila con cabeza de león preside una doble y
repetida escena, en la que se ve al león de Lagash mordiendo al macho cabrío de Umma. Todo
el conjunto, de manera simbólica, alude a los triunfos de Lagash sobre sus rivales y vecinos.
Ejemplar en el Museo del Louvre. Según Kittel.
La tradición histórica explica que el acontecimiento cultural más importante en la región es la
formación del imperio babilónico, que instauran los sumerios. Una gran oscuridad se cierne
sobre este pueblo, al cual, sin embargo, la mayor parte de los indicios permiten atribuirle un
origen no semítico y una patria arábiga. Ellos fueron los que edificaron a la poderosa ciudad de
Babilonia, cuyos más antiguos vestigios corresponden al final del cuarto milenio a. de J.C. En
un principio, lo que fue luego la magna ciudad debió de distribuirse entre varios príncipes
independientes, cuyas antiguas instalaciones recoge la arqueología en la colina de Tello, en
donde habían edificado su capital: Lagash, también denominada Shipurla. Allí se han extraído
hachas y puntas de lanzas de cobre, una estatua de tamaño natural en diorita, que se supone,
por la magnificencia de sus vestiduras, que representa al príncipe-sacerdote Gudea, bajo cuyo
mando (alrededor del año 2340 a. de J. C.) la cultura de los sumerios llegó a su máximo
esplendor. Otras figulinas pequeñas representan ya a Tello, ya a Gudea, y también están
hechas en cobre. En otra colina cercana, parcialmente artificial (Tell Sifr o "la colina del cobre"),
se han encontrado muchas más armas e instrumentos de cobre, así como vasijas diversas de
cerámica. Por último, poseemos inscripciones bastante extensas, en cilindros de piedras, que
nos cuentan las listas de sus dioses y los detalles de su culto.
Posteriormente una gran introducción de elementos semíticos se realiza sobre el territorio. No
sabemos la fecha de su llegada, ni de dónde provenían, pero es evidente que se apoderan de
todos los elementos de la cultura sumeria, transformando su existencia, hasta entonces
nómada, en sedentaria. El apogeo de esta cultura se opera hacia el año 2500 a. de J. C., bajo
Sargón I, constructor de los dos templos de Babilonia. Desde entonces empiezan las grandes
conquistas, hasta llegar a Hammurabi, sexto rey, codificador y conquistador, que reunió bajo
su cetro a toda la Caldea y la Asiria. Después de Hammurabi, guerras destruyeron el imperio y
separaron a los caldeos de los asirios. Más tarde el núcleo dominante deja el sur del territorio
mesopotámico para constituirse en el norte y entonces se funda el imperio asirio. Su rey más
importante es Salmanasar I (por el año 1209 a. de J. C.). Hasta entonces podemos hablar de la
Edad del Bronce. El hierro sólo aparecerá después de esa fecha.