ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo
EL "CIRCULO" PIRENAICO
El último de los "círculos" españoles es el que corresponde a la zona de los Pirineos. Algunos
autores han marcado las diferencias étnicas entre los pobladores a quienes corresponden esos
restos, distinguiendo el núcleo vasco del núcleo catalán. El material hallado en los yacimientos
es bastante pobre, tanto en la técnica constructiva como en la decoración. Puntas de flechas y
cuchillos de sílex, así como vasos en forma de campana, lo caracterizan desde el punto de vista
de estas artes pequeñas, dentro de un período que denominaremos primitivo. Pero al llegar al
comienzo de la Edad
del Bronce aparece lo que algunos arqueólogos han denominado "la
cultura de El Argar", que proviene de la región de Almería. Esta cultura se sobrepone a las
viejas manifestaciones neolíticas, que continúan, pero ya en franco tren de degeneración. El
ajuar funerario está en relación con el sexo de los inhumados: al hombre se le entierra con sus
armas y a la mujer con sus ollas y sus objetos de ornamento. Con esta cultura penetra en esta
región de España el empleo del cobre. Hachas, puñales, cuchillos, puntas de lanzas y de
flechas, alabardas (es decir, cuchillos enmangados), cinceles, punzones, diademas, brazaletes,
aros y anillos son los elementos preferentes. En materia de cerámica hay gran variedad de
formas, entre las que se destacan vasijas con cuello tronco-cónico, copas, ollas globulosas y
muchas otras. La fina terminación de esta cerámica muestra un gran paso adelante, si se la
compara con la rudimentaria alfarería neolítica anterior. Todo esto revela la presencia de una
cultura nueva, posiblemente invasora, que se apodera del territorio y sojuzga a las poblaciones
autóctonas. En cuanto al material de piedra, predominan sierras y raspadores, aunque la
técnica lítica, en general como casi siempre acontece en presencia del metal pierde
esplendor, variedad y eficacia.
Esta diversidad de las manifestaciones de la Edad del Bronce en la Península Ibérica es muy
posible que se deba (además de los motivos político-culturales que desconocemos) a la
numerosa existencia de yacimientos de metal en su territorio. Andalucía posee magníficas
minas de cobre, que fueron explotadas desde edad temprana (como ocurre, también, en
Mallorca). Esa abundancia de material en bruto permitió, desde temprano, una manufactura
muy amplia. Así lo prueba, por ejemplo, el hallazgo de más de cien espadas de bronce en el
dragado del puerto de Huelva, en 1923. Todo lo que se refiere a prehistoria ibérica está aún
sujeto a discusión y se sustentan tesis contrapuestas.