ANATOMIA Y FISIOLOGIA - Reproducción
MANTENIMIENTO DE LOS CARACTERES SEXUALES: TESTICULO Y OVARIO
Los caracteres sexuales secundarios de uno y otro sexo son mantenidos directamente por un
conjunto de hormonas que provienen fundamentalmente del ovario o del testículo, y
accesoriamente de la suprarrenal o la tiroides. En cuanto a la hipófisis desempeña aquí
también un papel central que cumple principalmente por su acción sobre todas las otras
glándulas que acabamos de mencionar.
El testículo y el ovario son glándulas mixtas que producen una secreción que va al exterior
(secreción externa) y que es el gameto propio de cada sexo, espermatozoide para el testículo y
óvulo para el ovario, y otra secreción que, al pasar a la sangre (secreción interna) ejerce su
acción a distancia sobre órganos efecto
res determinados dando la característica propia de
cada sexo.
Fácil es demostrar el papel de la glándula de secreción interna mantenedora de los caracteres
sexuales del testículo y del ovario. La castración de los vertebrados, conocida y aprovechada
por el hombre desde tiempos remotos, no deja aparecer los caracteres sexuales si se
realiza
antes de la pubertad o borra alguno si es posterior. La inyección de las hormonas
correspondientes o el injerto de la glándula que falta, permiten la restitución de los caracteres
y hasta su exageración. Por ejemplo un gallo capón no canta, pierde los instintos sexuales, se le
atrofia la cresta, pero basta implantarle bajo la piel un testículo de otro gallo para que
reaparezcan los caracteres perdidos.
Acción de la castración y del injerto testicular sobre la cresta del gallo. A la izquierda, gallo
normal; al centro, gallo castrado; y a la derecha, gallo al que después de castrado se le hizo un
injerto testicular.
Ambas glándulas sexuales ejercen su acción por hormonas que fabrican y luego vuelcan en la
sangre. Estos últimos años han sido testigos de brillantes trabajos de fisiólogos y químicos que
han podido aislar de estas glándulas sus hormonas, conocer su fórmula química exacta y luego
prepararlas artificialmente en el laboratorio. De esta manera se ha llegado a comprobaciones
sorprendentes. Así el testículo prepara sustancias que inyectadas tienen acción masculina, y el
ovario otras que tienen acción femenina, pero además, y esto es muy curioso, cada glándula es
capaz de preparar en pequeño grado, hormonas del sexo opuesto, y cada hormona tiene
también y en pequeño grado, propiedades de las hormonas del otro sexo. Otro hecho notable
es que las hormonas sexuales conocidas hasta la fecha, así como las elaboradas por la corteza
suprarrenal, la vitamina D, etc., son de un parecido químico extraordinario y derivan de un
mismo antecesor químico; sus diferencias están en su acción y muy poco en su constitución.
En resumen, pequeñas diferencias en la constitución química pueden ir acompañadas por
grandes diferencias en la acción sobre el organismo.