ANATOMIA Y FISIOLOGIA - Digestión
CURSO DE LA DIGESTION
La digestión comienza en el momento en que se introducen los alimentos en la boca. Por la
acción combinada de las mandíbulas y de los dientes, de los
músculos masticadores, de la
lengua y de las mejillas, los alimentos son triturados, divididos y mezclados con la saliva hasta
formar un bolo que luego será tragado.
LA SALIVA. Mecanismo de secreción: La saliva es segregada por las glándulas salivales como
consecuencia de un reflejo. Ciertos estímulos térmicos (calor), mecánicos (desecación,
masticación, cuerpos extraños, alimentos) o químicos (ácidos, sustancias amargas, sustancias
alimenticias), excitan terminaciones nerviosas ubicadas en la boca y en la lengua y de donde
parten nervios que llevan sus estímulos a un centro salival ubicado en el bulbo. De allí parten
las fibras simpáticas y parasimpáticas que inervan a las glándulas salivales y provocan su
secreción.
Esquema que representa el mecanismo de la secreción salival. La saliva es segregada como
consecuencia de un reflejo.
La secreción de saliva también puede ser provocada por un reflejo condicionado, cuyo ejemplo
más simple es el de "hacérsenos agua la boca" al ver la comida o pensar en ella. El hecho de
colocar en la boca una sustancia de sabor agradable basta para provocar la secreción de saliva
por la vía refleja que se ha descrito. Si se asocia al acto de proporcionar alimentos un estímulo
cualquiera, incapaz de por sí de provocar secreción salival (p. ej. el sonido de una campanilla),
y se repite un determinado número de veces la aplicación simultánea de ambos estímulos (la
comida y el sonido), llegará un momento en que bastará el sonido de la campanilla para que se
produzca la secreción salival. Se ha adquirido un nuevo reflejo, no innato, que Pavlov, el
famoso fisiólogo ruso, denominó reflejo condicionado.
Función de la saliva. La función de la saliva es múltiple: diluye los alimentos y lubrica el bolo
alimenticio, favoreciendo así la masticación y la deglución; disuelve las sustancias
alimenticias, permitiendo la gustación; humedece las mucosas de la boca, favoreciendo la
fonación (cuando un orador no segrega suficiente saliva se le seca la boca y tiene que recurrir
al clásico sorbo de agua); protege a los dientes e inicia la digestión de ciertos hidratos de
carbono.
La acción digestiva de la saliva se debe a una enzima, la ptialina, amilasa que desdobla el
almidón y el glucógeno hidratos de carbono de molécula muy grande en compuestos más
simples hasta llegar a compuestos disacáridos (maltosa). Como la permanencia de los
alimentos en la boca es breve, la ptialina apenas puede ejercer su acción. Sin embargo, el bolo
alimenticio empapado con saliva permanece durante algún tiempo en el estómago antes de ser
penetrado por el jugo gástrico y, durante este tiempo, mientras la reacción del medio no es
demasiado ácida, la ptialina ejerce su acción hidrolítica.
DEGLUCION. Se entiende por deglución el pasaje de los alimentos desde la boca hasta el
estómago. Cuando los alimentos están ya masticados y mezclados con saliva, pasan a un
espacio formado por el hueco del dorso de la lengua y el paladar. La parte anterior de la
lengua se aplica entonces contra el paladar y empuja el bolo hacia la faringe. Una vez llegado
allí, se inician una serie de movimientos reflejos que no dependen de la voluntad y que tienen
corno resultado: 1) cerrar la comunicación de la faringe con las fosas nasales, lo que impide a
los alimentos salir por la nariz; 2) cerrar el orificio superior de la laringe, lo que impide a los
alimentos penetrar en las vías respiratorias. El bolo se desliza entonces penetrando en el
esófago, en donde progresa hacia el estómago gracias a las contracciones de la musculatura
esofágica, que adquieren el carácter de ondas. Estas ondas llamadas peristálticas, de origen
reflejo, y cuya vía eferente es el nervio neumogástrico o vago, consisten en una constricción
localizada en el anillo de las fibras circulares de la pared, constricción que progresa a lo largo
del esófago recorriéndolo en cerca de 5 segundos, y que es precedida por una onda de
relajación.