AERONAUTICA - El vuelo y la meteorología
PELIGRO DEL HIELO
Aunque las condiciones en el frente, o límite de dos masas de aire, sean graves, los frentes
mismos no se desplazan rápidamente (alrededor de 45 kilómetros por hora) y de ahí que no
aparezcan repentinamente, sino que pueden preverse y en consecuencia evitarse. Uno de los
peligros más serios durante el vuelo es la formación de hielo. La formación de hielo en las alas
y otras partes del avión, no sólo agrega peso, sino que el flujo normal sobre las alas varía
debido al hielo acumulado sobre el borde de ataque, y si no se retira provocará una pérdida
completa de sustentación. Puede determinar asimismo una considerable vibración si se
acumula sobre la hélice. Las superficies de control pueden llegar a resultar .ineficaces, y el tren
de aterrizaje puede congelarse en su posición retraída, si no se le acciona varias veces luego de
decolar de campos barrosos o helados. El hielo se forma cuando la lluvia que cae de un nivel
caliente llega a un nivel donde la temperatura está casi sobre el punto de congelación (aire
caliente que se eleva sobre una cuña de frente frío). Asimismo, si hay agua en forma de vapor
en la atmósfera, cerca o exactamente debajo del punto de congelación, las turbulencias
provocadas por el avión al volar a través del aire pueden dar como resultado que el agua se
congele sobre las superficies del avión. La formación de hielo se ha de evitar en todo
momento. Los pronósticos del tiempo dan los niveles de formación de hielo, pero no se debe
depender completamente de dichas informaciones. El piloto debe conocer la distribución de la
temperatura en la atmósfera como para determinar si debe alterar el curso de su vuelo hacia
altitudes más altas o bajas en el caso de crearse condiciones de formación de hielo. Dicha
circunstancia puede esperarse al volar sobre los picos de las montañas, en las nubes stratus a
lo largo de frentes calientes y, en áreas menos extensas, asociada con frentes fríos. Si se ha de
cruzar algún frente, se aconseja volar en ángulo recto al mismo para reducir así la exposición
ante la actividad frontal.
El equipo especial que puede transportarse en un avión para la protección contra el hielo,
incluye neumáticos descongeladores para las alas como así también para la hélice y
estabilizadores horizontales. El borde de ataque de las alas contiene tuberías que se extienden
aproximadamente paralelas a la envergadura de las mismas. Al deformarse estos tubos,
movidos por medio de conexiones desde la cabina, se rompe el hielo, formado en el borde de
ataque. El uso de estos descongeladores altera las características de sustentación del ala y, en
consecuencia no se deberán usar cerca del punto de pérdida de la sustentación y menos
durante el acercamiento para un aterrizaje. Para retirar o retardar la formación de hielo sobre
el cubo de la hélice o los parabrisas puede también pulverizarse algún producto químico
adecuado, directamente desde dichas partes.