TERAPIAS MÉDICAS
FOTOTERAPIA
La fototerapia es un método terapéutico que utiliza los efectos bactericidas e inflamatorios producidos por los rayos químicos comprendidos en la parte violeta y ultra-violeta del espectro solar.
Largo tiempo hace que son conocidos los accidentes cutáncos debidos a la luz: sabido es, en particular, que la permanencia al sol produce un eritema intenso, seguido a veces de flictena (insolación) y frecuentemente de pigmentación.
En otros tiempos se atribuían estos accidentes a los rayos calóricos mezclados con los rayos lumínicos y comprendidos en la parte roja e infrarroja del espectro. Chacot pensó ya por el año 1850 que dichos accidentes se deben a los rayos químicos: y se halla hoy absolutamente demostrado.
En efecto: el eritema solar suele declararse en viajeros excursionistas por montañas heladas, en medio de unos fríos intensos. Declárase también en exploradores de regiones polares, en temperaturas de 10 a 20 grados bajo cero. Por consiguiente, no puede atribuirse al calor. Por otra parte, la inflamación fotoquímica, difiere de la inflamación calorífica: es mucho menos dolorosa que ésta, se desarrolla a las 12 o 24 horas nada más, en lugar de ser inmediata.
Hállase probado además que las propiedades microbicidas de la luz solar, que es un poderoso agente de desinfección, se deben a los rayos químicos (Duclaux Roux, Arloing). El Dr. Finsen, de Copenhague, que ha hecho numerosos estudios acerca de las inflamaciones debidas a los rayos químicos y acerca de sus propiedades biológicas, ha tenido la idea de utilizar estos rayos concentrados para destruir las bacterias en la piel y curar diferentes afecciones cutáneas. Sobre todo ha tratado de curar el lupus tuberculoso y ha llegado a resultados admirables.
Finsen emplea la luz solar o la eléctrica, pues ésta contiene tantos rayos químicos como la luz solar. El aparato solar se compone sencillamente de una lente de 40 centímetros de diámetro. Esta lente está hueca, tiene dentro una solución amoniacal de sulfato de cobre y puede inclinarse en todos sentidos. Los rayos calóricos son eliminados por el sulfato de cobre, y los rayos químicos mezclados con los rayos lumínicos producen la reacción terapéutica. A las 12 a 24 horas se enrojece la piel, se desarrolla la flictena, se seca al cabo de unos días y pasados otros ocho días próximamente, se puede volver al tratamiento.
