TERAPIAS MÉDICAS

TERCER TIEMPO DEL MASAJE

3° tiempo. La acción de comprimir, de amasar, de aplastar con las manos los músculos, constituyen el tercer tiempo de la operación. Invariablemente de abajo a arriba, y de los dedos hacia la pierna, comprímese al principio con las yemas de los dedos pulgares opuestas a la yema de los otros dedos, las caras dorsal y plantar del pie y del empeine, la parte inferior de la pierna, como si se tratase de pellizcar en estas diversas regiones, insistiendo sobre los puntos que parecen dolorosos. Durante esta operación, los dedos pulgares desempeñan un papel importante, puesto que con ellos se descubren las líneas aun más o menos sensibles que exigen nuevas fricciones. Esta parte de la operación consiste, pues, en compresiones intermitentes, cortas, pasajeras, cuya fuerza se va aumentando de una manera gradual.

Pónense entonces las manos una al lado de otra de modo que la izquierda, por ejemplo, abrace los dedos y la derecha la cara dorsal del pie. Apriétase, comprímese, subiendo desde la punta del pie a la mitad de la pierna; comprímese el miembro por una serie de movimientos enérgicos de flexión de los dedos y de oposición de los pulgares, como si se quisiese aplastarlo. Son movimientos intermitentes, rápidos, poderosos, parecidos enteramente a los que se ejecutan cuando se exprime una esponja empapada de agua.

Estas compresiones son de grande importancia para alcanzar un completo resultado. A veces, en efecto, las fricciones sencillas eran muy cortas o ejecutadas imperfectamente, y no producían la disminución de la hinchazón y del dolor tan grande como se esperaba. En tal caso, por las compresiones con las manos bastantemente prolongadas, se llega a deshacer la hinchazón y a restituir al pie su flexibilidad.

Estos tres tiempos reunidos duran una hora poco más o menos.