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TERAPIAS MÉDICAS

CUARTO TIEMPO DEL MASAJE


4° tiempo. Después de una o dos operaciones de amasamiento, cuando el dolor está un poco aplacado, los movimientos comunicados a las articulaciones se hacen útiles auxilios para acelerar la cura de las torceduras no complicadas de fractura o de inflamación interna. Los movimientos, que se comunican a las articulaciones torcidas, son las que ellas pueden ejecutar en el estado de salud. Estos movimientos, al principio imperceptibles, van aumentando, de modo que al cabo de media o una hora, se hacen ejecutar al pie todos los movimientos en su mayor amplitud. No convienen en las torceduras recientes, a poco del accidente. Solo después de las fricciones y del amasamiento enérgico, es cuando se debe ensayar el juego de la articulación, haciendo ligeros movimientos de flexión y de extensión. Para el último tiempo del ejercicio, deben reservarse los movimientos extensos naturales, a los cuales se dará la amplitud normal, cuidando de volver a las fricciones y compresiones, si fuesen necesarias para facilitar el restablecimiento completo de las funciones.

Para hacer ejecutar a la coyuntura del pie los movimientos naturales, he aquí cómo se debe proceder: Tómase el calcañar con la mano izquierda y la derecha se aplica sobre el empeine del pie. Hallándose el calcañar entonces casi inmóvil, se extiende y encoge el pie suave y metódicamente, con una sucesión de movimientos hacia delante y hacia atrás, cuya fuerza de extensión se aumentará poco a poco. Es un ángulo que se abre y cierra alternativamente. Después, en torno del calcañar como centro, se hace ejecutar a la punta del pie un círculo por una serie de movimientos de abducción, aducción, extensión, flexión; hasta llegar gradualmente a dar a la articulación doliente una flexibilidad normal. Estas maniobras, fáciles de ejecutar en los casos de torcedura reciente, y las cuales en dos o tres reproducciones producen una curación completa, no tienen acción tan pronta en las torceduras crónicas, que para curarlas exigen tratamiento más largo; esto puede durar todo un mes. Sin embargo aun son muy poderosas, y dan resultados excelentes si bien menos prontos.

Tal es el método que conviene emplear en todas las torceduras, ya sean recientes, ya antiguas, agudas o crónicas; ya tengan lugar en el pie, en el codo, en la muñeca, en el dedo pulgar, etc. Después del amasamiento nada queda por hacer; a veces conviene solamente comprimir la articulación con un vendaje circular mojado en aguardiente alcanforado.

La curación es más segura cuando el amasamiento se aplica en tiempo el menos alejado que se pueda del accidente. Una sola operación, por espacio de una hora, basta para curar una torcedura leve y reciente; en las torceduras graves, pero sin fractura, tres o cuatro sesiones bastan para que el enfermo pueda andar y ejecutar algunos movimientos de la articulación.

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