PREÑEZ Y PARTO
SIGNOS DEL PARTO
Cuando el término del embarazo se acerca, ocho, diez o quince días antes del parto, el útero desciende hacia la cavidad el epigastrio se desembaraza, la digestión y la respiración se hacen más fáciles, la mujer se siente más ligera, y las partea genitales principian a humedecerse. A estos síntomas precursores hay que añadir la sensación de peso en el fondo de la pelvis, ganas recuentes de orinar, y los movimientos de la criatura un poco más abajo.
Tan luego como el trabajo del parto comienza, la mujer siente en la parte interior del útero dolores ligeros, cortos y distantes durante los cuales el vientre se restriñe, el globo uterino se endurece, su orificio se ensancha y angosta alternativamente, y por la vulva principian a salir mucosidades viscosas. El pulso se pone acelerado durante el dolor, el calor del cuerpo aumenta, el semblante se anima y colora, manifiéstase sed y una general agitación. El flujo mucoso se tiñe de sangre, el orificio uterino se dilata, las membranas que cubren la criatura lo llenan, y poco a poco se van entrañando en él para formar un segmento esférico (bolsa de las aguas).
Todos estos fenómenos aumentan la dilatación del orificio uterino, de modo que llega a agrandarse casi tanto como la misma cavidad del útero. La vagina se dilata simultáneamente con el orificio uterino, de modo que la vagina y el útero forman un canal seguido con un solo encogimiento en el punto de unión.
Los dolores crecen en intensidad y se acercan mas, entre sí; van acompañados de peso en el fondo de la pelvis y de una especie de tenesmo. El segmento inferior de las membranas, impelido por las violentas contracciones uterinas, no puede resistir la impulsión del fluido amniótico y se rompe; este fluido sale entonces con ímpetu, trayendo hacia el orificio uterino la cabeza de la criatura, si es por esta parte por la cual ella se presenta.
Con los dolores siguientes la cabeza de la criatura avanza, va tranqueando el círculo, del orificio uterino y el estrecho abdominal, para entrar en la vagina, que se ensancha y alarga; el perineo se extiende y adelgaza. Los esfuerzos crecen mucho en actividad, van seguidos de temblores convulsivos, y la parturienta lanza gritos lastimeros.
Últimamente, por un prolongado dolor, o por los dolores sucesivos, la cabeza de la criatura está fuera de la vulva, después de un corto intervalo es cuando por un nuevo dolor, pero no tan vehemente como el anterior, el cuerpo del niño es expelido con el resto de las aguas que aun contenía el útero.
El parto termina; a las excesivas agitaciones, a los inmoderados esfuerzos, y a los intolerables dolores sucede una completa tranquilidad. Síguese después la expulsión de las secundinas.
Término medio, el parto dura seis horas.