PREÑEZ Y PARTO
EVOLUCIÓN ESPONTÁNEA DEL PARTO
Evolución espontánea.
Después de la evacuación de las aguas y salida del brazo la criatura está doblada lateralmente por un movimiento de flexión lateral; entonces principia el tiempo del descenso; la criatura, encorvada, hállase en la pelvis pequeña, y el hombro llega a la vulva, en donde permanece; en este momento se produce un movimiento de rotación, la cabeza viene a colocarse sobre el pubis, que está entonces como enclavado entre la cabeza y el hombro; a consecuencia de contracciones enérgicas, el tronco y la pelvis resbalan siguiendo la curvatura del sacro, y vienen a presentarse en la vulva, siendo seguidos de los miembros superiores, que se desdoblan afuera.
Solo resta traer la cabeza como en la presentación por los pies, con la única diferencia que el brazo está retenido y sale con la cabeza. Es el cuarto tiempo de la evolución espontánea, que debe considerarse como el tiempo de deflexión al rededor del pubis, centro de un movimiento en arco de círculo.
Cualquiera que sea el lado del plano que se presenta, mientras que la cabeza está aun retenida en el estrecho superior, el plano posterior de la criatura tiende a colocarse en relación con las partes anteriores de la pelvis. Hay una rotación exterior como en la presentación de cara.
Para que la versión espontánea cefálica o pelviana se produzca, necesario es que la criatura sea pequeña y la pelvis ancha, o que el parto tenga lugar antes de tiempo, y sobre todo que las contracciones uterinas sean enérgicas. En los partos múltiples hay facilidad de producirse esta evolución.
En general, las presentaciones por el tronco reclaman la intervención, del partero; la versión espontánea será auxiliada por las maniobras externas; comprímese el vientre, y, en estos casos, será casi siembre la versión cefálica la que tendrá lugar.
La evolución espontánea no puede ser auxiliada por maniobras; pero cuando se ve que debe de producirse, necesario es vaciar el recto y la vejiga, y sostener el perineo.
Cuando la cabeza está detenida, conviene proceder como en la presentación por la pelvis. No se administre el cornezuelo de centeno a las mujeres que paren por la primera vez, y préstense los cuidados generales que convienen en los partos en general.