PARÁLISIS Y SUS CAUSAS
PARÁLISIS RESULTANTE DE LA APOPLEJÍA
Las diversas formas de la apoplejía, tanto serosa como sanguínea, pueden ser reducidas a tres principales:
1° La persona cae privada de sentimiento y de movimiento; el rostro está comúnmente hinchado, la respiración roncante, el pulso lleno, sin frecuencia. A veces hay convulsiones, el estupor cesa al cabo de algunos instantes o dura muchos días. El enfermo sucumbe, o se restablece sin conservar vestigio notable del ataque; en otros casos queda una hemiplegia o la pérdida de la palabra o de la vista, estados que pueden durar o ser pasajeros.
2° La persona experimenta una cefalalgia violenta y repentina, cae en un estado próximo al del síncope; el rostro está pálido, el pulso débil, el cuerpo frío; las ideas se hacen incoherentes; sobreviene el coma. La hemiplegia es más rara en el caso de esta especie.
3° La mitad del cuerpo queda repentinamente paralizada, y se pierde el habla: este estado permanece en diversos grados más o menos tiempo.
Todos estos síntomas disminuyen si el cuajo sanguíneo disminuye por la absorción; aumentan cuando sobreviene nuevo derrame, o si se declara una inflamación alrededor del cuajo.