NEURALGIAS Y DOLORES
INYECCIONES SUBCUTÁNEAS PARA LA NEURALGIA
Las inyecciones subcutáneas o hipodérmicas son hoy muy empleadas contra toda neuralgia, introducen el medicamento junto al lugar doloroso, calman con prontitud.
Los medicamentos usados para las inyecciones contra las neuralgias son el clorhidrato de morfina y el sulfato de atropina, disueltos en agua destilada, en la proporción de 30 centigramos de clorhidrato de morfina o de sulfato de atropina para 30 gramos de agua destilada, lo cual hace 15 de miligramo de sal por gota de líquido, o 1 miligramo por 5 gotas.
La acción enérgica de estas soluciones, aun administradas en dosis pequeñas, reclama el uso de instrumentos de gran precisión. Para hacer las inyecciones subcutáneas empléase la jeringa de Pravaz. La dosis de líquido que se puede introducir bajo la epidermis es:
1° Solución de clorhidrato de morfina (clorhidrato de morfina, 15 centigramos; agua destilada, 15 gramos) 3 a 10 gotas por inyección.
2° Solución de sulfato de atropina (sulfato de atropina, 15 centigramos; agua destilada, 15 gramos); 1 a 3 gotas por inyección.
Prosíguense las inyecciones, una o dos veces, por día, hasta que el dolor desaparezca totalmente.
Como la absorción subcutánea es más segura y más pronta, la dosis debe ser menor que si el medicamento fuese administrado interiormente en poción: en este último caso una parte del medicamento sale con las excreciones y esquiva la absorción.
Preciso es proceder progresivamente, porque la atropina a la dosis de 1 miligramo (5 gotas de la solución, administrada en la primera inyección) puede producir síntomas de atropismo exagerado: dilatación de la pupila, perturbación de la vista, náuseas y vómitos. Estos síntomas se combaten con opio.
En fuerte dosis, la atropina, introducida por las inyecciones subcutáneas, podría ocasionar la muerte. Prudente es pues comenzar por una sola gota de la solución, y no administrar el primer día más que una sola dosis, sin que esto sirva de impedimento a la multiplicación gradual del número de dosis hasta obtener la dosis eficaz, determinada por la manifestación de los fenómenos fisiológicos.