HERIDAS Y ÚLCERAS
HERIDAS CON PÉRDIDA DE SUSTANCIA
Cúranse con hilas mojadas en aguardiente alcanforado y cataplasmas, o con lienzo fenestrado untado de cerato, de glicerina, o con algodón seco.
Muchos cirujanos han abandonado completamente el cerato en la curación de las heridas de grande extensión, y solo emplean las aplicaciones alcohólicas, el aguardiente simple o alcanforado, la tintura de árnica, el vino aromático, en los cuales se empapan las hilas que se cambian todos los días, y muchas veces al día.
El ardor que sucede a la primera aplicación pronto desaparece y la herida no tarda en cicatrizarse.
Si la herida tiene supuración fétida, cúrese con agua fénica, o con alcohol fénico. Reprimir las carnosidades con polvos de alumbre calcinado o con piedra infernal.