HERIDAS Y ÚLCERAS
LAS ÚLCERAS
Solución de continuidad más o menos antigua, acompañada de corrimiento de pus, y sostenida por un vicio local o por cualquier causa interna, pero que también puede existir sin causa conocida. La diferencia que hay entre la úlcera y la herida consiste en que esta, producida siempre por causa externa, tiende a curarse; y la úlcera, por el contrario, es afección crónica producida por una causa interna que impide la cicatrización.
Hay tres grandes clases de úlcera:
1° Las que dependen de afección general, de alguna diatesis. Son las úlceras sifilíticas, escrofulosas, escorbúticas, que se desarrollan en los individuos inficionados en la sífilis, en los escrofulosos, y durante el curso del escorbuto.
2° Las úlceras sostenidas por una afección local, de la cual no constituyen sino un epitenómeno desapareciendo con la afección: tales son las úlceras que suceden a la necrosis o caries.
3° En fin, hay úlceras que no se desarrollan, ni por la influencia de una enfermedad general, ni por la de lesión local; manifiéstense espontáneamente en las condiciones que vamos a indicar. Estas se designan con el nombre de ulceran simples.
Úlceras simples.
Casi siempre se manifiestan en las piernas, especialmente en los individuos obligados a estar mucho tiempo en pie. Suceden a alguna herida, o se desarrollan espontáneamente y presentan algunas variedades:
1° Úlceras inflamatorias. La superficie es de un encarnado vivo o violáceo. La piel de su alrededor presenta una rubicundez erisipelatosa.
2° Úlceras callosas. Los bordes son gruesos, abultados, blanquecinos o cenicientos; el fondo es rojo sucio, duro, liso, la piel vecina de color encarnado pálido; el miembro entero está ingurgitado.
3° Úlceras varicosas. Están complicadas de la presencia de várices. Todo el miembro se hincha, y las venas subcutáneas presentan una dilatación más o menos considerable.
4° Úlceras fungosas. Distínguense por la exuberancia de las carnes esponjosas. Estas son pálidas, blandas, chatas, a veces sangrientas.
5° Úlceras atónicas. Superficie lívida, pálida, que da un pus seroso, sin consistencia; márgenes despegadas; la piel cercana seca, arrugada, cubierta de escamas epidérmicas.
Las úlceras simples pueden ser complicadas con la existencia de gusanos, circunstancia insignificante.