FRACTURAS

FRACTURA DEL PIE

No hay dislocación en las fracturas de las falanges de los dedos del pie y de los huesos del metatarso; y las fracturas de estos huesos solo exigen reposo, aplicación de paños mojados en agua fría, y después cataplasmas de linaza o de fécula para combatir la inflamación.

En las fracturas del calcáneo hay dislocación del fragmento superior hacia arriba; esta dislocación aumenta durante la extensión de la pierna y flexión del pie. En este caso conviene extender el pie y plegar la pierna; ejercer la presión directa sobre los fragmentos puestos en contacto, por medio de uno de los aparatos empleados en la rotura del tendón de Aquiles, o mediante una tira de esparadrapo, que, pasando al rededor del calcañar, venga a cruzarse en el empeine del pie.