FORMAS MEDICINALES
EL PILDORERO Y EL PILULADOR
Para hacer cualquier masa pilular, introdúcese primero la base en el mortero; tritúrase, cuando es necesario; después se le añade poco a poco el excipiente apropiado, y contúndese largo tiempo hasta dar homogeneidad a la masa.
Conócese que la masa pilular tiene la consistencia conveniente, cuando no se pega al fondo del mortero, ni a los dedos, y cuando conserva la forma que se le ha dado.
Hecha convenientemente la masa pilular, viene la operación de convertirla en píldoras. A este fin se emplea un instrumento llamado pildorero.
Este instrumento consiste en un tablero, cuyos dos tercios están ocupados por una tabla de madera, en la cual se coloca la masa pilular para dividirla en cilindros. En seguida hay una pieza de cobre, vaciada en medias cañas o surcos semi-cilíndricos. Además del tablero hay una pieza separada que es el cortador, provisto también de surcos semi-cilindricos iguales en número y dimensiones a los de la pieza de cobre fija, de modo que ajustando el cortador sobre dicha pieza fija, forman entre ambas una serie de cilindros paralelos.
La masa pilular, formada en cilindro, se coloca sobre la pieza fija, transversalmente a los surcos, y por un movimiento de vaivén del cortador, queda la masa dividida en tantas píldoras como surcos hay.
A estas píldoras así cortadas, se les da por último la forma esférica, rodándolas entre los dedos; o cuando son muchas, dándoles vueltas, después de salir del pilulador, en un tablero de madera por medio de otra pieza de madera bien lisa. Para que las píldoras no se peguen unas a otras al tiempo de darles vueltas, o a las superficies del pilulador, necesario es que la masa, o los dedos, o el pilulador estén empolvados con algún polvo inerte, que generalmente suele ser el de almidón, de regaliz o de licopodio.
Después de hechas las píldoras, se las rueda aun en los mismos polvos a fin de que no se peguen unas a otras. Para ocultar el olor de la masa, se emplean los polvos de canela o de lirio.