FORMAS MEDICINALES

EXCIPIENTES PARA PÍLDORAS

Las sustancias tienen a veces la consistencia necesaria para ser directamente reducidas a píldoras; otras veces no la tienen; recúrrese entonces a excipientes que puedan darles dicha consistencia.

Las sustancias secas necesitan excipientes blandos o líquidos tales como jarabes, extractos o conservas. Las sustancias blandas o líquidas exigen excipientes secos, casi siempre los polvos de altea, de regaliz, etc.

El excipiente, aunque inerte por lo común, debe ser apropiado a la naturaleza de la base: será alcohólico para las resinas, oleoso para el jabón; extractivo, acuoso o mucilaginoso, para las demás sustancias.

Los mucílagos, salvo cuando las píldoras deben ser ingeridas poco tiempo después de su preparación, tienen el inconveniente de endurecerse de tal modo con el tiempo, que atraviesan el tubo digestivo sin disolverse. Preciso es, pues, evitar esto.

Los excipientes suelen suplirse a veces por el simple método operatorio. Así cuando se opera sobre una cantidad notable de resinas o de gomorresinas no reducidas a polvo, confúndense en mortero de hierro, previamente calentado con agua hirviendo, y luego bien enjutos, otras veces se sumergen en agua caliente.