FORMAS MEDICINALES

PÍLDORAS, CONSEJOS FARMACÉUTICOS

Los farmacéuticos deben recordar que las píldoras endurecidas por la acción del tiempo no se deshacen en el estómago, y que, por consiguiente, deben reblandecerlas antes de entregarlas.

A veces sucede que los médicos en una fórmula de píldoras, después de indicar la base, prescriben: excipiente c. s., y declaran la división de la masa en píldoras de determinado peso. En este caso, el farmacéutico a veces se halla embarazado para saber si debe solo tener en cuenta la sustancia activa para hacer dicha división, o si debe pesar la masa bruta y dividirla en píldoras del peso dado; optará por el primer partido.

Un buen modo de recetar las píldoras es aquel que consiste en dar la fórmula de una sola, e indicar después el número que se pide de píldoras análogas. Recetando de este modo no cabe error.

Cuando en la composición de las píldoras entran sustancias venenosas, como el sublimado, la digitalina, etc., debe ponerse la mayor atención en la manipulación y división de las píldoras. El médico en tal caso receta por lo común la dosis de la sustancia activa y del excipiente para cada píldora, y dice: hágame como ésta otras tantas. Conviene considerar quo usando de 1 a 5 miligramos en cada dosis, por sensibles que sean las balanzas, así como las pesas, es muy aventurada la exactitud de tales fracciones pesadas separadamente. Por tanto es preferible pesar en globo la sustancia activa, y después incorporarla con dos o tres veces su peso de un polvo inerte, y, por medio de la balanza, dividir la mixtura en tantas porciones cuantas fueren las píldoras; hácese entonces cada píldora por separado, con arreglo a la receta del médico.

Las píldoras que son fácilmente alterables por la acción del aire y de la luz, tales como las de Blaud, de Vallet y los diferentes ioduros, deben ser guardadas en frascos de vidrio negro, y bien tapados. El empleo de estos frascos sería ventajoso para toda clase de píldoras.