FORMAS MEDICINALES
EMPLASTOS RESINOSOS Y CON ÓXIDO DE PLOMO
Distínguense dos especies de emplastos. Unos, que pueden llamarse emplastos resinosos, tienen una composición semejante a la de los ungüentos, de los cuales se diferencian solo por la mayor proporción de materias sólidas. Otros, para los cuales se reserva más particularmente el nombre de emplastos, contienen óxido de plomo combinado con los ácidos oleico, margárico y esteárico. Entre estos algunos se preparan sin el intermedio del agua, y a una temperatura que sobrepuja en mucho la de la ebullición de este líquido. Las preparaciones así obtenidas son pardas, a causa de la alteración de una parte del cuerpo graso se llaman emplastos quemados.
I. Emplastos resinosos.
La manera de preparar los emplastos de esta serie difiere poco, y muchas veces no difiere nada de la manera puesta en uso en la confección de los ungüentos. La mayor parte de las veces se derriten juntas todas las sustancias: el emplasto de cera y el de espermaceti son ejemplo de ello. La trementina, que entra en la composición de los emplastos, no se añade sino al fin de la operación, para que el calor no disipe una parte del aceite esencial.
Después de derretidas las materias grasas y resinosas, muchas veces se les incorporan otras sustancias; estas deben ser siempre idóneas para la mezcla: así los polvos deberán ser muy finos, los extractos estarán suficientemente ablandados; el mercurio extinto, el alcanfor disuelto en un poco de aceite. Los polvos serán tamizados sobre la masa, que se agitará en el momento en que aquellos caen, para que se dividan perfectamente y no formen grumos.
Cuando todas las sustancias que entran en un emplasto están mezcladas formando un todo homogéneo, se deja enfriar la masa a un grado tal que se pueda amasar con las manos mojadas en agua. Esta operación se ejerce sobre una mesa humedecida, y se concluye por la división del emplasto en cilindros más o menos gruesos, llamados magdaleones.
Cuando un emplasto contiene muchas sustancias extractivas o salinas solubles en agua, conviene amasarlo poco tiempo; conviene además emplearla menor cantidad posible de agua, o sustituirla por el aceite. Los magdaleones se guardan envueltos en papel. La superficie de algunos emplastos se cubre de moho; se preservan de este inconveniente mediante un ligero baño de aceite de linaza, que al secarse forma un barniz preservativo. En la preparación de los emplastos es conveniente no incorporar los polvos, extractos, etc., sino cuando el agua contenida en la mezcla de aceite, cera y resina, haya sido totalmente agotada por el calor, porque este líquido es la causa principal del enmohecimiento.
II. Emplastos con óxido de plomo.
Tienen por base las combinaciones del plomo con los ácidos oleico, esteárico, palmílico o margárico. La combinación del óxido con las grasas y aceites se hace con el intermedio del agua o sin este intermedio.