Inicio    |    Guia Medica    |    Fiebres

 

.

FIEBRES

VACUNACIÓN CONTRA LA FIEBRE AMARILLA


La vacunación contra la fiebre amarilla ha sido practicada en Río Janeiro por el Sr. Dr. Domingos Freiré, profesor de la Facultad de Medicina de Río Janeiro.

En las comunicaciones que en nombre de esto distinguido profesor se presentaron a las Academias de Ciencias y de Medicina de París, declara que ha conseguido descubrir el microbio de la fiebre amarilla y su atenuación por la cultura.

Mucha gente ha sido ya vacunada en Río, y entre las personas que se sometieron a esta operación conviene citar al Sr. Bebourgeon, el ayudante del Dr. Freiré. Declaró el Sr. Bebourgeon que algunas horas después de la inoculación sintió dolores en las regiones externa e interna de las órbitas, las articulaciones se volvieron dolorosas, subió la temperatura a 394,°; cuarenta y ocho horas después de la inoculación habían desaparecido todos estos síntomas.

Inoculado en animales ese virus atenuado, se ponen tristes y dolientes, con aumento de la temperatura: a los cuatro días, desaparecen todos estos síntomas, queda curado el animal.

Habiéndose inoculado cincuenta hombres, que trabajan constantemente en medio de un foco de infección, sólo murieron cuatro, a quienes se había vacunado con lanceta, lo que es insuficiente. Para ser eficaz, debe hacerse la inoculación por medio de una jeringa de Pravaz, pues a ninguno de los obreros así inoculados acertó a acometer la enfermedad.

Aun ignoramos cuanto tiempo dura la inmunidad que confiere la inoculación del virus atenuado; las experiencias no son concluyentes, y todavía quedan dudas acerca de los resultados obtenidos por el Dr. Freiré. En la Academia de Medicina de Río de Janeiro, los Sres. Dres. Nuño de Andrade y Araujo Goes han combatido las aserciones del erudito profesor de química orgánica. No está pues del todo resuella la cuestión y el Dr. Freiré continúa en sus estudios sobre esta materia.

En una comunicación hecha en la sesión del 15 de febrero de 1888 a la Academia de Ciencias de París, el Sr. Paul Gibier declaró que las últimas experiencias que había hecho no confirmaban los resultados antes obtenidos. De los análisis que se hicieron de la sangre y orinas de los enfermos acometidos por la fiebre amarilla, tanto durante la enfermedad como después de la muerte, resultan hechos en completa oposición con los que anteriormente se habían indicado.

En fin, por más que haya sido el Sr. Gibier muy minucioso en sus investigaciones, no ha podido encontrar el microbio de la fiebre amarilla ni en la sangre ni en la orina.

La cuestión, como se ve, queda muy incierta, a pesar de las afirmaciones del Dr. Domingos Freiré.

2014 - Guia Médica Siglo XIX. Aviso Legal