ENFERMEDADES DE LA PIEL
ESCARLATINA
Enfermedad contagiosa y muchas veces epidémica, cuya evolución va precedida de malestar general, escalofríos, hastío, cefalalgia y fiebre.
Del segundo al cuarto día aparecen en la piel puntos rojos, que luego se convierten en vastas manchas, irregulares, de un color rojo escarlata, extendiéndose por todo el cuerpo; esto va acompañado de esquinencia. Concluye por descamación.
Tratamiento.
En la escarlatina simple se debe abandonar la enfermedad a la naturaleza; conservar una temperatura regular, moderada, preservar al enfermo del frío, sin por eso cargarle mucha ropa.
Administraren los dos primeros días bebidas emolientes y sudoríficas, tales como las infusiones templadas de saúco, borraja, flor de malva; después bebidas atemperantes y refrigerantes, como limonada de naranja, limón, y lo mismo agua fría. Gargarismo emoliente. Lavativas con cocimiento de linaza.
Pasados tres o cuatro días los gargarismos pueden ser astringentes. La angina diftérica será combatida por los medios correspondientes a la misma.
En el fin del periodo de descamación de la escarlatina, conviene tomar una purga de maná y un baño general de agua templada.
En la escarlatina maligna, recurrir a las pociones con acetato de amoniaco, alcanfor, julepe almizclado, preparaciones de quina, sinapismos. Alcoholaturo de acónito. Poción de Stalil.
Contra el delirio, apliqúense en la frente paños mojados en agua fría y vinagre.
Si la erupción cutánea desaparece súbitamente, provóquese con bebidas diaforéticas, infusión de borraja o saúco.
Como medio preservativo contra la escarlatina epidémica, empléese la belladona y la poción preservativa de la escarlatina.