ENFERMEDADES DE LOS ÓRGANOS FEMENINOS
CUERPOS FIBROSOS EN EL ÚTERO
Con este nombre se designan unos tumores duros compuestos de tejido fibroso y desarrollados en el tejido del útero.
Estos tumores conservan generalmente, mientras subsisten, la misma composición, y no están sujetos a otras modificaciones que a las de volumen y consistencia. Con el tiempo se ponen más duros o se ablandan.
Pueden ocupar lodos los puntos del útero. Algunas veces sobresalen en la cavidad uterina, y entran en la vagina; otras veces forman bulto en la cavidad abdominal. Su volumen varía desde el tamaño de una lenteja hasta el de una naranja y aun más.
Síntomas.
Cuando los tumores existen en el espesor del tejido uterino y son poco voluminosos, no provocan ningún desorden notable, pero el aumento de volumen da lugar a serios accidentes.
La menstruación se hace irregular, el flujo sanguíneo es más abundante, se manifiesta en épocas más cercanas que de costumbre; hay leucorrea, peso en el vientre, en las ingles, en la región lumbar; ganas frecuentes de orinar; dureza de vientre.
Cuando el tumor ha adquirido gran desarrollo, se reconoce palpando la región hipogástrica.
Los tumores desarrollados en la cara interna del útero producen dolores semejantes a los del parto; entran en la vagina, y pueden reconocerse por la introducción del dedo o por medio del espéculo.
Tratamiento.
Los tumores fibrosos que forman pólipos fibrosos dentro del útero, pueden, ser extraídos según las reglas aplicadas a los pólipos.
Si la operación no fuese posible, se disminuirá por medio de faja la incomodidad procedente del peso de estos tumores.
Contra la hemorragia se emplearán internamente las píldoras de ergotina, y externamente las inyecciones con solución de percloruro de hierro.