ENFERMEDADES DE LOS ÓRGANOS FEMENINOS
OTRAS INFLAMACIONES DE LAS MAMAS
Son de diversas especies:
1° Inflamación de la aureola del pezón.
Es ocasionada por las excoriaciones en las amas de leche o en las reción paridas. Está caracterizada por la hinchazón, rubicundez, dolores sordos, lancinantes. Resuélvese pronto, o se termina por abscesos pequeños superficiales que se abren espontáneamente.
Tratamiento. Tocar las excoriaciones con piedra infernal. Aplicar cataplasmas de linaza o de fécula. Privar del pecho al niño hasta que las excoriaciones se hayan curado. Sacar la leche con ventosas.
2° Inflamación del tejido célulo-grasoso.
Termina comúnmente por un absceso. Está caracterizada por la hinchazón, rubicundez, dolor y fiebre. Cuando el pus se ha formado, siéntese la fluctuación.
Tratamiento. Cataplasma de linaza o de fécula. Abrir el absceso con lanceta o bisturí del cuarto al noveno día, aun cuando el pus no fuere abundante. Si el pezón está sano, la mujer puede seguir dando de mamar; en el caso contrario, preciso será vaciar la mama con ventosa. Limonada de limón, de naranja o de tamarindos.
3° Inflamación profunda o submamaria.
Esto es, por detrás de la mama. La hinchazón es considerable; la mama es impelida hacia adelante; si se comprime de adelante hacia atrás, por la flexibilidad se parece a una esponja. La piel está dura, lisa y surcada de gruesas venas; caliente y un tanto encarnada. Los dolores son sordos, profundos, gravativos; la fiebre es intensa. Termina casi constantemente por supuración.
Tratamiento. Cataplasmas de linaza. Reconocida la existencia del pus, hacer una abertura de 2 a 3 centímetros en la circunferencia de la mama en el punto más bajo; comprimir la mama. Si la supuración fuese fétida, hacer inyecciones con infusión de hojas de nogal, de rosas rojas o infusión de quina. No privar de mamar al niño, mientras la inflamación no haya alcanzado la glándula mamaria.