ENFERMEDADES DEL OÍDO Y LA NARIZ

SORDERA

Puede ser accidental o de nacimiento; esta última, en general, es incurable.

Para que la audición pueda efectuarse en toda su plenitud, preciso es:

1° Que los sonidos lleguen al oído por el conducto auditivo externo.
2° Que el aire llegue por la trompa de Eustaquio, cuya abertura está en el fondo de la garganta en la parte superior de la laringe.

La obstrucción, el estrechamiento de estos conductos, causan diferentes grados de sordera.

Cuando un médico es consultado para la sordera, debe primero examinar la oreja; debe mirar si el orificio del conducto auditivo está libre, si no está obstruido por el cerumen, un cuerpo extraño, por la hinchazón de la piel o del tejido celular, o si no hay estrechez congénita del conducto auditivo. Después debe examinar el interior de este canal.

Al efecto, expuesta la oreja a la luz o al sol si se puede; después irguiendo el pabellón de la oreja con una de las manos y con la otra estirándolo hacia atrás, disminuye la curvatura natural del conducto, y descubre en el fondo la membrana del tímpano, que es blanca si está libre, o se cerciora de si existe acumulación de cerumen, cuerpo extraño o inflamación.

Interroga al enfermo para saber si nunca ha tenido algún corrimiento puriforme.

Por fin, preciso es explorar la garganta, para ver si las amígdalas hinchadas no comprimen la trompa de Eustaquio.