ENFERMEDADES DEL OÍDO Y LA NARIZ
OTITIS INTERNA AGUDA
Inflamación de la caja del tímpano y de la trompa de Eustaquio.
Reconócese por los dolores que llegan hasta la laringe y el cráneo, y que aumentan cuando se anda, se come o se estornuda; hay fiebre y a veces delirio.
La excreción mucoso-purulenta es mucho más tardía que en la otitis externa, no pudiendo el pus tener salida sino después de la rotura de la membrana del tímpano; en este caso la evacuación se produce súbitamente y sin humedad preliminar.
En la otitis externa, al cabo dedos o tres días, preséntase un corrimiento cualquiera por el conducto auditivo, y poco a poco, mientras que en la otitis interna el enfermo pasa seis u ocho días de crueles dolores antes que algún producto mórbido venga a ser expelido. La membrana del tímpano impide esta eliminación; pero al cabo la membrana se rompe, y entonces el pus sale a borbotones por el conducto auditivo.
La eliminación se efectúa a veces por la trompa de Eustaquio, dentro de la garganta, el enfermo lo conoce por un sabor desagradable y por la mayor tenacidad de los esputos.
Tratamiento.
Aplicar 10 a 15 sanguijuelas detrás de la oreja. Pediluvio sinapizado. Purgante de sulfato de magnesia, o limonada de citrato de magnesia. Respirar el vapor de infusión de flores de malva.
Si se forma supuración, algunos cirujanos han aconsejado la perforación de la membrana del tímpano, para dar salida al pus. Pero la existencia del pus en el oído interno solo puede suponerse; ninguna señal tísica viene a indicarla; la perforación es inútil; ella se produce de una manera espontánea Después de efectuada la perforación, empléense las inyecciones de agua tibia en el conducto auditivo, y aplíquense cataplasmas de linaza sobre la oreja.