ENFERMEDADES DEL OÍDO Y LA NARIZ

HEMORRAGIA NASAL O EPISTAXIS

Tratamiento.

Apretar la nariz con los dedos.

Levantar los brazos al enfermo perpendicularmente, y comprimir las ventanas nasales. Si la hemorragia, como acontece a menudo, no es más que de un solo lado, basta levantar el brazo correspondiente.

Suspirar repetida y profundamente.

Comprimir con un dedo la arteria facial del lado del cual sale la sangre, sobre el hueso maxilar superior por encima del labio superior, muy cerca de la nariz.

Ligar los cuatro miembros por encima de las rodillas y de los codos de modo que se impida la ascensión de la sangre venosa.

Comprimir las carótidas en ambos lados del cuello.

Aplicar en la región frontal y en la temporal paños mojados en agua fría, así como también un sinapismo en la nuca, introducir por la nariz hilas o alumbre en polvo. Hacer inyecciones en el caño de la nariz con agua fría; introducir lienzo mojado en la mezcla de agua fría con vinagre, o en la disolución de percloruro de hierro a 15°. Practicar inyecciones por la ventana de la nariz con solución de percloruro de hierro a 15°. Pediluvios y maniluvios de agua caliente simple o sinapizada. Ventosas secas en la nuca.

Si estos medios son insuficientes, tapar con hilas las aberturas anteriores y posteriores de las fosas nasales, mediante la sonda de Belloc, o con una vejiga de goma elástica que se hincha soplando después de introducida.

La epistaxis, que se reproduce en los individuos anémicos, exige el empleo de la quina y de preparaciones ferruginosas.

Contra la epistaxis periódica emplear el sulfato de quinina.