ENFERMEDADES DEL OÍDO Y LA NARIZ
CUERPOS EXTRAÑOS EN LOS OÍDOS
Hacer en el conducto auditivo, merced a una jeringa, inyecciones de agua tibia, cuya fuerza de impulsión y abundancia son variables.
Si las inyecciones no consiguen expulsar el cuerpo extraño y este es redondo, como, por ejemplo, un garbanzo, un guisante, un grano de café, etc., introducir entre él y el conducto auditivo un estilete metálico muy fino, con la punta encorvada en ángulo recto u obtuso, cuidando de mantener la parte encorvada en posición horizontal. Así que esta parte haya rebasado el lugar en que está situado el cuerpo extraño, darle un giro en el conducto auditivo de modo que pueda apoyar contra el cuerpo y atraerlo hacia afuera tirando del estilete.
Los cuerpos agudos, largos, irregulares, pueden, extraerse con pinzas.
Hé aquí otro medio: el operador toma un alfiler grueso, de 3 centímetros de largo, y agarrando la extremidad más aguda entre las piernas de unas pinzas, la encorva en ángulo recto. A 3 milímetros de esta primera curvatura, encorva de nuevo en la misma forma de ángulo recto. Fija el alfiler así preparado entre las pierna de una pinza que sirva de mango y medio de dirigirlo. Agarrada la cabeza del pariente, el operador introduce el alfiler horizontalmente contra la pared inferior entre ella y el cuerpo extraño; después, cuando cree que el alfiler lo ha rebasado, imprime a este un movimiento de rotación, equivalente a un cuarto de círculo, de modo que esté casi seguro de que la punta del alfiler corresponde al centro del cuerpo extraño, esto es, al eje del conducto auditivo. Luego que la punta del gancho esté en posición, el operador lo retira ejerciendo una tracción lenta y metódica.
Otro medio. Tómase una crin de caballo de 15 centímetros de largura, y se dobla. Acostado el enfermo de lado, se introduce la parte doblada en el conducto auditivo tan adentro como sea posible; imprímensele entonces movimientos suaves de torsión; después de una o dos vueltas el cuerpo extraño puede ser sacado con la crin.
Para matar las pulgas, las chinches y oíros insectos que se hubieren introducido en el conducto auditivo, basta inyectar aceite de olivas o agua caliente; y para extraerlos se hace uso de un pincel empapado de trementina o de miel.