ENFERMEDADES DE LOS MÚSCULOS Y LAS ARTICULACIONES
CONVULSION
Contracción y relajación alternativas, violentas e involuntarias de los músculos que, por lo común, solo se contraen bajo la influencia de la voluntad.
1° Convulsiones de los adultos.
Combátanse las causas: epilepsia, histerismo, catalepsia, tétanos, meningitis, vermes intestinales, rabia, etc.
2° Convulsiones de los niños.
Síntomas. Contracción involuntaria e instantánea de los músculos, con movimientos irregulares, y temblor, fenómenos limitados a una parte del cuerpo, su mitad lateral, brazo o solo la cara: suspensión momentánea de las facultades intelectuales; respiración acelerada, ojos fijos o inquietos, dedos de las manos retraídos, fiebre, etc.
Tratamiento. Desembarácese al niño de sus vestirlos, a fin de asegurarse si las convulsiones no son ocasionadas por la picadura de algún alfiler, o por la opresión de una atadura, como de ello ha habido ejemplos.
Colóquese el niño con la cabeza levantada sobre una almohada en un lugar moderadamente caliente, en donde el aire circule con facilidad. Aplíquensele sinapismos en los pies, y un poco después en las piernas y muslos. Baños de agua fría y vinagre en la cabeza.
Désele a oler un tapón mojado en éter, vinagre o agua de Colonia, y a beber una cucharada de agua con azúcar y algunas gotas de agua de flores de naranjo; una lavativa de agua templada simple, y después la lavativa siguiente: agua templada 90 gramos, asafétida 60 gramos, yema de huevo 1.
De cuarto en cuarto de hora dése a beber una cucharada de la poción siguiente: agua 90 gramos, éter sulfúrico 10 gramos, agua de flor de naranjo 4 gramos, jarabe simple 30 gramos.
Si las convulsiones no cesan con este tratamiento, y está caliente el cuerpo y el pulso fuerte, aplíquense de 2 a 4 sanguijuelas detrás de las orejas. Nada de emisiones sanguíneas cuando la cara esté pálida, la cabeza fría y el pulso débil.
Si las convulsiones continúan, éntrese el niño en un baño de agua templada, y dénsele después de sacarlo del baño 15 gramos de aceite de ricino.
Pasado el ataque, si se sospechara la existencia de gusanos intestinales a fin de evitar la recaída, empléense los antihelmínticos.