ENFERMEDADES DEL ESTÓMAGO Y LOS INTESTINOS

TRATAMIENTO DE LA HERNIA INGUINAL

El tratamiento tiene por objeto reducir la hernia, contener las vísceras en la cavidad abdominal, y evitar los accidentes.

A veces la reducción se opera por la posición; basta que el enfermo se acueste boca arriba: la reducción se produce espontáneamente; pero cuando se presentan dificultades se debe proceder a la reducción de una manera metódica.

Acuéstase el paciente como llevamos indicado, con la pelvis un poco más alta que el tronco, el cuerpo encorvado hacia adelante, los muslos en flexión y abducción. El médico, colocado al lado correspondiente a la hernia, aplica la mano izquierda sobre el pedículo de la hernia, de modo a abrazarlo lo más completamente posible. Con los dedos de la mano derecha, colocados al rededor del cuerpo de la hernia, ejerce una presión regular e igual sobre todos los puntos del tumor, empujándolo con precaución del lado del pedículo. Al mismo tiempo que la mano derecha impele la hernia del lado de la cavidad abdominal, la izquierda comprime ligeramente el pedículo a fin de impedir que la hernia se extienda delante del anillo.

En el momento en que la hernia entra en la cavidad abdominal, óyese un ruido ocasionado por los líquidos y gases intestinales. Cuando el ruido no se produce, puede suponerse que la hernia es formada únicamente por el epiplón. Después de reducida la hernia, se aplica uno de los bragueros, según la hernia esté en este o aquel lado, o en ambos lados.

En los recién nacidos se aplica sobre toda la largura del canal inguinal una almohadilla de lienzo, que se asegura con tiras de esparadrapo, o con vendaje hecho en espiga, cuyas vueltas, después de pasar al rededor del vientre y del muslo, se cruzan en la ingle. Más tarde se emplea un braguero elástico, parecido al que llevan los adultos, con la diferencia de que debe tener el muelle menos fuerte. Al cabo de seis meses, un año, dos años cuando más, se obtiene en los niños una curación radical con el uso contínuo del braguero.

Pasada la edad de 25 años raras veces se logra una curación completa.