DIAGNÓSTICO DE ENFERMEDADES

TERMÓMETRO CLÍNICO

Para facilitar las observaciones termométricas, hay en las tiendas de objetos de física termómetros de tamaño pequeño, que satisfacen todas las necesidades de la clínica. Estos termómetros son de mercurio o de alcohol teñido de color encarnado; el termómetro de alcohol de este color es más apreciable a la vista que el de mercurio.

El instrumento tiene 10 centímetros de extensión, de los cuales tres corresponden al receptáculo, que tiene la forma cilíndrica. Entre la extremidad superior del receptáculo y el número más bajo de la escala, existe un espacio no graduado de 4 centímetros; a causa de esta disposición la escala entera aparece fuera de la axila, cuando el instrumento está allí colocado, y la lectura de la graduación no ofrece la menor dificultad.

La escala graduada, limitada a las exigencias patológicas, comprende 10 grados, de 35° a 44°; cada grado está dividido en décimos, figurados por líneas transversales, de las cuales la quinta (medio grado) excede algo a las otras. La apreciación de los décimos de grado adquiere de esta manera gran facilidad.

El modo de aplicar el instrumento no es cosa indiferente; contribuye mucho para la precisión del resultado. Antes de colocar el termómetro, este debe ser calentado por la mano del observador, como antes queda explicado; una vez el instrumento en su lugar, aproxímase el brazo contra la pared torácica, y se conserva en esta posición durante algunos minutos.