DIAGNÓSTICO DE ENFERMEDADES
RUIDOS DETECTADOS EN LA AUSCULTACIÓN DEL CORAZÓN
La auscultación del corazón da a conocer otros varios ruidos, designados con los nombres de ruidos de lima, de escofina, de sierra y de ruido musical o sibilante.
El ruido de lima o de escofina da al oído una sensación de aspereza y de escabrosidades que se comparan al de dichos instrumentos sobre un trozo de madera. Si en estos casos se pone la mano sobre la región precordial, se sentirá con frecuencia una vibración particular conocida con el nombre de estremecimiento catario, comparado al murmullo de satisfacción que lucen los gatos cuando se ven acariciados.
El ruido de sierra es enteramente parecido al de dicho instrumento oído a bastante distancia. Los ruidos de escofina, de lima, de sierra y el estremecimiento catario se han observado especialmente en las estrecheces de los orificios, y principalmente cuando las válvulas presentan induraciones calcáreas, rugosas y desiguales.
Además háse encontrado varias veces el ruido de escofina en casos de clorosis, y después de abundantes sangrías.
En cuanto al ruido de silbido musical del corazón, no puede ser atribuido a lesión alguna distinta de esta víscera.
Si en el estado de salud, el rozamiento del corazón por el pericardio no va acompañado de ruido alguno apreciable por el oído, no sucede lo mismo cuando la inflamación ha provocado la formación de falsas membranas, que despojan de su lisura natural al involucro seroso del corazón. Ruidos anormales se producen entonces en el pericardio.
El ruido de cuero nuevo recuerda al oído el que produce el jinete sobre una silla de montar nueva.
El ruido de roce es comparado al que se produce estregando entre los dedos tafetán, pergamino o papel.
El ruido de raspadura es el mismo, pero más fuerte.
Estos diversos ruidos anuncian la pericarditis o la formación de falsas membranas.