ANTISEPSIA, ASEPSIA E HIGIENE
MEDIDAS A TOMAR EN CASO DE EPIDEMIAS EN PARÍS
Estas medidas que se tomarán así que se declare un caso de estas epidemias.
Tan luego como se declare un caso de una de estas epidemias, es necesario participarlo al comisario de policía del barrio, en Paris, y en los arrabales a la municipalidad.
Queda a cargo de la administración el aislamiento o el transporte del enfermo y la desinfección del local contaminado, si no hay medio de tratarlo y aislarlo convenientemente en su propio domicilio. Se efectuará el transporte en coches especiales que pondrá la administración a la disposición del público.
Cuando se trate el enfermo en su domicilio, se pondrá en cuarto separado, donde sólo entrarán las personas que cuiden de él. Se colocará la cama en medio de la habitación y se quitarán las cortinas y alfombras. Habrá en el cuarto y en las ropas del enfermo el mayor aseo, y se renovará varias veces al día la aeración.
A los que padecen esta fiebre se les evitará todo cuanto pueda provocar la menor excoriación de la piel, como los vejigatorios, sinapismos, etc. Es preciso que se aparte inmediatamente cualquier persona que no sea necesaria a la asistencia del enfermo, y en especial los niños.
Las personas que han de asistir a los virulentos deben revacunarse. Todas las personas que asisten a enfermos de una de estas enfermedades se lavarán las manos con una solución de sulfato de cobre (12 gramos por cada litro de agua) cada vez que toquen al enfermo o a las ropas contaminadas, y también deberán enjuagarse la boca con agua hervida. No comerán nunca en el cuarto del enfermo.
La ropa blanca, los objetos que estuvieron en contacto con el enfermo, las evacuaciones, etc., se desinfectarán por medio de soluciones de dos clases: las unas fuertes, de 30 gramos de sulfato de cobre por cada litro de agua; las otras débiles, de 12 gramos por litio. Se emplearán las soluciones fuertes para desinfectar las evacuaciones y las ropas sucias.
Los comisarios de policía entregan gratuitamente al público paquetes de 25 gramos de sulfato de cobre para hacer las soluciones. Con dos paquetes se hace un litro de solución fuerte, y con un paquete, dos litros de solución débil. Para desinfectar las materias fecales, se cebará en el orinal medio litro de solución fuerte: con la solución fuerte se lavará también el retrete donde se echaren las evacuaciones.
Toda la ropa, de cualquier género que sea, que haya servido al enfermo, no se lavará jamás en agua corriente. Se sumergirán las ropas sucias y permanecerán dos horas en las soluciones fuertes. Las ropas que no resultaren sucias, se sumergirán en solución débil. Las ropas y cobertores de la cama se llevaran a las estufas municipales públicas de desinfección. En París hay carros especiales que van a buscarlos objetos por desinfectar y los vuelven a traer después de pasados por la estufa municipal. En los arrabales son portátiles las estufas y se llevan a las casas donde hay objetos contaminados.
Los objetos pertenecientes a la cama de los niños diftéricos, y principalmente las cunas, se llevarán también a la estufa de desinfección. Se quemarán los juguetes del niño: y las cucharas, tazas, vasos, etc., de que se sirvió se sumergirán en agua hirviendo.
En el transcurso de la enfermedad, se barrerá el cuarto todos los días, quemándose inmediatamente las barreduras: antes de barrer se esparcirán por el suelo aserraduras mojadas con solución débil de sulfato de cobre.
En París se desinfectan gratuitamente las habitaciones con aparatos especiales: basta para obtenerlo dirigirse al comisario de policía del barrio, o en las afueras, al alcalde, a quien incumbe este cargo.
Un médico delegado al efecto está encargado de certificar si se cumplieron exactamente las prescripciones arriba indicadas.