ANTISEPSIA, ASEPSIA E HIGIENE
ANTISEPSIA GENERAL Y ESPECIAL
Cuando se quiera obtener la destrucción de todos los microbios sin distinción, se hará antisepsia general; por el contrario, en ciertos casos, se hará antisepsia especial, empleando sustancias que obran especialmente contra determinado microbio.
Es de notar que el desenvolvimiento de las nuevas doctrinas microbianas, cuyos progresos aceleró Pasteur de un modo tan admirable, ha dado a los antisépticos una importancia que hace apenas diez años no tenían. Ya se sabe que cualquier fermentación o putrefacción es el resultado de la acción de ciertos organismos inferiores, y que no pueden éstos reproducirle ni pulular si no encuentran un centro favorable a su propagación. Se emplean justamente los antisépticos para impedir aquella reproducción. Desde que se ha establecido bien que los microbios son la causa de las supuraciones e infecciones purulentas, han procurado los cirujanos juntar a un aseo perfecto el empleo de los agentes químicos propios para destruir estos microbios o impedir su invasión.
También se utilizan en medicina los antisépticos, en ciertas afecciones, por ejemplo en el tratamiento de la fiebre, tifoidea y de la tisis pulmonar. Se emplean muchos antisépticos químicos, sobre todo como desinfectantes. El cloruro de zinc, el sulfato de hierro, la cal viva son las sustancias que más se usan para suprimir los malos olores y consumir las materias pútridas.
Las otras materias que sirven en la medicina, tanto internamente como en la superficie de las heridas, son: el bicloruro de mercurio, el ácido fénico, el fenol Boboeuf, el ácido bórico, el Coaltar saponiné Le Boeuf, etc. No tienen sin embargo todos estos productos el mismo valor en la práctica. Los ácidos fénico y bórico son mucho menos antisépticos que el bicloruro de mercurio, que llega a destruir los microbios aun en dosis muy leve. Por esta razón lo usan diariamente los operadores para lavarse las manos y humedecer las piezas de cualquier vendaje o apósito. El alcohol puro que hace pocos años se consideraba como un desinfectante muy enérgico, está hoy día casi del todo olvidado, por haberse descubierto, que su acción antiséptica no tiene mucho valor.